Seis accidentes reales que demuestran la increíble resistencia de los parabrisas

2022-06-10 21:48:09 By : Ms. Ronnie Wan

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El impacto de un pavo en el parabrisas de un coche

El parabrisas es un elemento clave en términos de seguridad, ya que aporta hasta el 30% de la resistencia de la estructura del vehículo y evita el hundimiento del techo en caso de vuelco. Asimismo, la eficacia del airbag del acompañante está condicionada por el buen estado de la luna, pues al desplegarse se apoya sobre él ejerciendo una enorme presión. Por ello, se trata de un cristal laminado muy resistente. ¿Pero cuánto es capaz de aguantar en caso de recibir un impacto? Todo dependerá de múltiples factores, como la composición y el peso del objeto, la velocidad y el ángulo del impacto e incluso condiciones ambientales del momento.

Antes de comercializarse, los parabrisas se someten a distintas pruebas de homologación. El estándar internacional ISO 3537 detalla los test de resistencia que deben superar. Uno de los ensayos mecánicos que se realizan consiste en lanzar una bola de plástico de 227 gramos y otra de acero, con una incidencia determinada y a una velocidad equivalente a la obtenida por la caída libre, para medir los daños en el cristal y comprobar si el objeto penetraría en el habitáculo del vehículo o no.

Sin embargo, en la realidad se dan casos en los que los impactos son mucho más graves que los ensayados en laboratorio. Y los especialistas de Carglass han hecho un recopilatorio con diez situaciones extremas en las que el parabrisas con cristal laminado increíblemente ha logrado resistir, protegiendo a los ocupantes del vehículo.

Una tortuga se quedó incrustada en el parabrisas de un coche en Georgia (EE.UU.)

En Estados Unidos es relativamente frecuente que una tortuga acabe chocando contra un parabrisas. El motivo es que salen “escupidas” a mucha velocidad por los neumáticos de un coche o un camión cuando las atropellan. A pesar del peso y la dureza de una tortuga, y de la violencia del impacto, los parabrisas suelen aguantar y no permiten que el animal entre dentro del habitáculo. En la imagen se puede ver cómo uno de estos animales se quedó incrustado en el cristal del vehículo que conducía Latonya Lark por una carretera de Georgia (Estados Unidos)

Una pala impactó en parabrisas del coche de Sacha Boutros mientras circulaba por una autopista de Montreal (Canadá)

Objetos, como una pala, increíblemente pueden acabar impactando en el parabrisas del coche. Esto es lo que le sucedió a Sacha Boutros mientras circulaba por una autopista de Montreal (Canadá). Afortunadamente, la pieza de hierro no llegó a introducirse en el interior.

Aunque es poco habitual, en ocasiones hay vehículos que pierden una rueda mientras circulan y ésta sale disparada con fuerza poniendo en riesgo al resto de usuarios de la vía. En el vídeo adjunto se puede ver cómo la luna delantera de un coche de policía de Pennsylvania soporta el impacto de un neumático a toda velocidad.

Especialmente en invierno, en lugares con condiciones climáticas rigurosas, es posible que la nieve y trozos de hielo depositados sobre vehículos puedan caerse mientras circulan y que impacten en el coche posterior. Esto es lo que les pasó a un automovilista en Estados Unidos cuando circulaba por el estado de Tennesse.

Unos alicates de 30 centímetros acabaron incrustados en un coche en Nueva York

Unos enormes alicates de 30 centímetros acabaron incrustados en un coche que circulaba por el estado estadounidense de Nueva York. Afortunadamente, el parabrisas soportó el impacto y los ocupantes delanteros salieron ilesos.

Insectos y aves son los animales que más suelen impactar contra un parabrisas. En Cork, Irlanda, un cisne se estrelló contra el parabrisas de un coche que aguantó el impacto. La conductora salió ilesa.

Los primeros automóviles carecía de parabrisas y sus conductores debía equipar gafas para protegerse del polvo y las piedras que saltaban de los caminos. A principios del siglo XX aparecieron los primeros parabrisas: en 1908, Ford comenzó a ofrecerlo como opción para el modelo T y en 1915 Oldsmobile ya lo incluía de serie en todos sus coches.

Pero las ventajas que aportaban los primeros parabrisas pronto se convirtieron en terribles inconvenientes: los cristales se rompían en mil pedazos en caso de accidente y los ocupantes del automóvil solían sufrir lesiones de gravedad por los fragmentos de cristal, tras atravesar el parabrisas o al salir despedidos del vehículo tras el impacto.

A principios de los años veinte del pasado siglo, Ford introdujo el parabrisas laminado, uno de los elementos de seguridad del automóvil que más vidas ha salvado y que ahora cumple cien años. Al introducir una capa de un material flexible entre las dos capas de vidrio, el cristal ya no se astilla en mil pedazos y se hace más resistente, manteniendo a los pasajeros dentro del coche en una colisión. El primer parabrisas laminado de serie lo montó un Rickenbacker en 1926.

En 1908, Ford comenzó a ofrecer el parabrisas como opción para el modelo T

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