Tres de las últimas cuatro. El Río Breogán se alzó con la Copa Galicia en el ourensano Paco Paz y lo hizo ganándole al Monbus Obradoiro en un cara o cruz de poco más de treinta segundos (los últimos), el colofón de una reñida final con escasas ventajas: 79-82.
El desenlace cobró fuerza por sí solo. Era la hora de los valientes y un David Walker con poco protagonismo en ataque durante la contienda se la jugó con un lanzamiento interior que escupió el aro. Le dejó a los lucenses una última posesión que se jugaron con Scott Bamforth, el verso libre que hizo mucho daño al oponente, por su movilidad y su acierto en la larga distancia. A 2.57 segundos del bocinazo, el de Nuevo México la enchufó sin piedad. Desde más allá de la línea terminó con 4 de 6, por lo que en un escenario tan igualado resultó decisivo. Y ya no hubo tiempo para la réplica.
Antes de llegar a ese pico de emoción, casi cuarenta minutos de baloncesto de ajustes y probaturas. Con todo lo que luce la Copa en las vitrinas de cualquier equipo, la pretemporada es así. Comenzaron más intensos los hombres de Veljko Mrsic, si bien Westermann y Paige conducían bien a un Obra que con los triples de Thomas Scrubb, Bender y el citado Walker cerraron el cuarto con un justo 23-20.
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En el segundo acto afinó la puntería el Breo, sus animosos seguidores lo empujaron desde la grada y una bandeja de Eric Quintela consolidó la remontada, llevando el marcador a un 29-34. No bastó, porque el único jugador que producía puntos con cierta regularidad en sus filas era el larguirucho Ethan Happ (10 al descanso) y los compostelanos mostraban a un Blazevic que salió eléctrico desde el banquillo (12 puntos en 8 minutos) y un baloncesto más coral en ataque, que sirvió para liderar el 48-43 del intermedio, que mantenía el duelo abierto.
Tras el ecuador del tercer episodio se mantenía esa misma decoración y Mrsic frenaba los arreones santiagueses con defensas zonales, pero el buen cuarto de Westerman lo completó el exterior con una canasta que firmó el 68-61, antes de tomar el rumbo de los diez minutos definitivos.
El Breogán reapareció en la cancha con un parcial de 5-13 y Sergio Quintela ejerciendo liderazgo, junto al entonado Happ. Volvieron a remontar, pero Obradoiro también tiró de sus artilleros y la Copa se jugaba desde cero con un 76-76 a falta de tres minutos. Lo demás, ya es historia. La música de bombo llevaba ritmo lucense y el título lo levantaron los hermanos Quintela.
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