Grand Prix Historique, una colección de hitos de la ingeniería

2022-06-24 21:34:03 By : Ms. Alice Lu

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por Miguel Sánchez Jun 6, 2022, 18:48 2k Views 3 Votes

Uno de los debates más extendidos y prolíficos a lo largo del tiempo es el referido a cuál puede ser la especialidad deportiva más espectacular. Algo que simplemente resulta interesante como ejercicio de disgresión, análisis técnico o repaso histórico. Ya que, al fin y al cabo, no deja de ser una polémica irresoluble en la que intervienen multitud de factores muchos de ellos totalmente subjetivos. Así las cosas, la dureza del Rallye Safari lo coloca como una de las pruebas más espectaculares del calendario. Aunque sin duda sus máquinas no alcanzan ni de lejos la finura técnica de los Sport Prototipo de Le Mans.

Si queremos potencia bruta, posiblemente lo mejor sea recurrir a los óvalos norteamericanos y, por supuesto, a la época dorada de la CanAm. Pero, ¿puede eso dejar a un lado el despliegue de ingeniería con el que la F1 nos sorprende cada año? Llegados a este punto, lo mejor será abrazar la idea relativa a que ciertos placeres no son excluyentes entre sí, disfrutando del sonido de los monoplazas históricos por las calles de Mónaco. Una de las mejores celebraciones del automovilismo deportivo clásico. Sintetizándose otra vez más en el Grand Prix Historique.

Celebrado entre los días 13 y 15 del pasado mes de mayo, en sus ocho categorías se fueron ordenando los casi 200 participantes congregados en la edición de este año. Además, como principal novedad este 2022 ha visto la introducción de la llamada Serie G. Dedicada de forma exclusiva a monoplazas creados entre 1981 y 1985. No obstante, en el Grand Prix Historique no sólo hay lugar para vehículos estrictamente encuadrados en la F1. También se ha podido disfrutar de una excelente selección relativa a los GP de preguerra, así como una nutrida variedad de barchettas pertenecientes a los años cincuenta y el mundo de la resistencia.

Con todo esto, lo mejor será que demos un repaso general a algunas de las unidades que más nos han llamado la atención de entre todas las captadas por la cámara de Unai Ona. Realmente difícil escoger. Aunque tratándose de una cita tan nutrida como el Grand Prix Historique no queda otra opción. Sitúense en la parrilla y estén atentos a la señal de salida. ¡Allá vamos!

Uno de los espacios que más nos llamaron la atención en nuestra visita al último salón Retromóvil Madrid fue el dedicado al centenario de Amilcar. La histórica casa francesa conocida por sus deportivos ligeros, capaz de representar una de las referencias más interesantes del período de preguerra. De esta forma, las unidades supervivientes representan una verdadera tentación para cualquier coleccionista ilustrado sobre este periodo iniciático para el automovilismo deportivo. Por ello, la puesta en escena durante el Grand Prix Historique de un Amilcar C6 de 1928 fue un verdadero acontecimiento.

Además, este modelo pensado por y para las carreras – se cree que siquiera se llegaron a producir 40 ejemplares – fue uno de los más prestacionales de la marca. Prueba de ello es el motor de seis cilindros en línea con doble árbol de levas en cabeza y 12 válvulas con compresor. Una joya mecánica de la época capaz de rendir más de 80 CV a 6.000 rpm. Si a eso se le suman sus poco más de 700 kilos, el resultado es que el Amilcar C6 consigue rozar los 170 kilómetros por hora. Así las cosas, llevar uno de ellos al galope por las curvas del circuito urbano de Mónaco tiene que ser absolutamente emocionante.

Por cierto, la cilindrada es de tan sólo 1,1 litros. La prueba de que ya a finales de los años veinte empezaba a imperar una lógica contraria a las escaladas de la cilindrada sin fin para aumentar las prestaciones. Atendiendo a cuestiones como la comprensión, la relación peso/potencia o la aerodinámica para lograr el nuevo tipo de automóvil deportivo que tan bien acabaría definiendo Vittorio Jano. Eso sí, prologado en el estreno de su icónico P3 de 1932 por creaciones tan interesantes como este Amilcar C6. Un hito de la ingeniería a tener en cuenta.

La temporada número 21 en la F1 se saldó con Lotus ganando el título de constructores por cuarta vez. Además, en pilotos el equipo de Colin Chapman también llegó a lo más alto gracias al pilotaje de Jochen Rindt. Eso sí, desgraciadamente el austriaco no pudo disfrutar de su victoria debido a que fue nombrado campeón por puntos después de haber fallecido en los entrenamientos del GP de Italia. Con ello, la temporada de 1970 se recuerda como una de las más tristes y enrarecidas de la categoría reina.

No obstante, si nos fijamos en el puro componente tecnológico lo cierto es que fue un año de lo más interesante. Para empezar ya se había instaurado plenamente en la parrilla el uso de los alerones inaugurado poco antes por Lotus. Algo que siguió con el dominio de los motores Ford Cosworth. Los cuales habían inaugurado su reinado en el título de constructores de 1968 para ganarlo siete veces consecutivas y otras tres más hasta 1981. De esta manera, en el Grand Prix Historique de este año destacaron dos monoplazas en concreto si nos fijábamos en los construidos justamente en 1970.

El primero de ellos fue el McLaren M14A. Uno de los modelos básicos en la historia de la F1, siendo el último diseño de Bruce McLaren para esta categoría antes de morir estrellado mientras realizada ensayos en Goodwood con el M8D destinado a la CanAm. Dotado del consabido V8 Cosworth con casi tres litros, cuenta con un diseño de lo más preciso con el motor actuando como un elemento sujeto a tensión al igual que el chasis en sí. Además, el uso de magnesio y aluminio aligeró al M14A para quedar quinto en el título de constructores.

Una vez visto este modelo de la icónica McLaren, llegó el momento de fijarse en otro monoplaza también con clara tradición británica. Y eso que Alejandro De Tomaso salió por problemas políticos con Perón hacia Italia desde Argentina. Fundando la empresa que llevó su apellido para nombrar a algunos de los mejores deportivos del momento. A este lado de la pantalla nuestro favorito no es el famoso Mangusta sino el más liviano Vallelunga. Una especie de Lotus a la italiana con el bloque Ford Kent al igual que los Cortina del Campeonato Británico de Turismos.

No obstante, volviendo a la F1, en este Grand Prix Historique destacó el De Tomaso-Williams de 1970. Un monoplaza contundente. Ideado por De Tomaso junto a la escudería británica en la que fue su cuarta y última intervención en la F1. Respecto al motor, al igual que el McLaren éste optó por el popular bloque V8 firmado por Ford y Cosworth. Eso sí, sus resultados fueron mucho más modestos. Incluso partiendo de que los cosechados por el M14A tampoco fueron espectaculares. No obstante, cuando hablamos de historia del automovilismo deportivo no todo está en las tablas de clasificación. Lejos de ello hay modelos que, como éste, alcanzan encanto debido a ser el canto de cisne de fabricantes tan icónicos como De Tomaso. Además, es una salvaje preciosidad.

En el periodismo siempre se ha diferenciar el plano puramente informativo del relacionado con la opinión. Más aún en publicaciones como La Escudería. Donde casi a diario os traemos coches extremadamente diferentes y variados intentando hacer un mosaico enciclopédico. No obstante, en artículos como éste resulta harto complejo no mostrar las costuras propias ya que partimos de una selección muy concreta. Así las cosas, lo mejor será poner las cartas sobre la mesa y decir que sí. Que quien escribe aquí cuenta con una clara admiración – con reservas hacia la seguridad – en lo referido a Lotus.

Al fin y al cabo, más allá de gustos es evidente su influencia en el automovilismo deportivo. Haciendo virtud de la necesidad. Incidiendo en el peso, el comportamiento o la aerodinámica para paliar la falta de motores tan potentes y prestacionales como los montados en, por ejemplo, Ferrari. Dicho esto, la verdad es que el Grand Prix Historique parecía una fiesta pensada por seguidores de la marca de Colin Chapman. Había monoplazas de Lotus para escoger. Destacando el Lotus 16 de 1958 pilotado por Joaquín Folch para Classic Team Lotus. Uno de los últimos F1 de la empresa británica con motor delantero. Propulsado por un apretado motor Coventry Climax de litro y medio.

No obstante, a pesar de los diversos 16 o el espectacular 78 con la publicidad de John Player Special llamó poderosamente la atención un Lotus 10. Muy similar al Lotus 8 -de hecho toma de él el chasis aún con modificaciones importantes-, este modelo se creó a partir de las peticiones de ciertos pilotos a la hora de contar con un modelo eficaz para las carreras de dos litros. Respecto a la mecánica ésta se tomó de Bristol. La casa que tiene como lema “la creación de un ingeniero, no de un diseñador”, beneficiaria de la requisa que se le hizo a BMW durante la Segunda Guerra Mundial respecto a los planos y próximas evoluciones de su eficaz 328.

De esta manera, durante años sus motores se basaron de forma descarada en los de aquel BMW. Un hilo tecnológico que llegó hasta el Lotus 10 al montar éste un bloque Bristol con seis cilindros claramente tributario al del 328. Eso sí, respecto a todo lo demás los incipientes planteamientos de Colin Chapman en lo referido a peso, chasis tubulares y aerodinámica se dejaron notar claramente. Un hallazgo inesperado capaz de atrapar la atención como cuando el pasado 2018 apareció el Lister-Maserati en el Grand Prix Historique de aquel año. Auténticos fetiches automovilísticos para no pocos aficionados, de esos que sólo se pueden ver en citas de este nivel.

A pesar de ser una cita enfocada a la F1 histórica, resulta imposible no fijarse en otros modelos aparecidos en las ocho series del Grand Prix Historique destinados a competiciones de resistencia. De esta manera, ya en los boxes destacaba un precioso Maserati 300S de 1955 con el dorsal 84. Una de las primeras unidades fabricadas del diseño de Medardo Fantuzzi, bajo el cual se esconde una mecánica ideada por Giulio Alfieri con 3 litros y 245 CV. Todo ello con el Campeonato Mundial de Marcas en la mirilla. Es decir, todo lo relativo a las grandes carreras de resistencia con Le Mans al frente.

Un deportivo del cual podríamos estar escribiendo durante un buen rato al igual que con todos los modelos vistos este año en Mónaco. Sin duda una de las mejores citas del calendario. Ah, y con los clásicos haciendo aquello para lo cual se diseñaron y construyeron. Rugiendo en la pista.

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

por La Escudería May 14, 2022, 20:00

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