La amoxicilina es de la familia de las penicilinas, y suele tratar infecciones bacterianas como la neumonía o la bronquitis
La amoxicilina es el principio activo de los antibióticos | Pixabay
La amoxicilina pertenece al grupo de los medicamentos denominados penicilinas, y es el principio activo de los antibióticos. Se emplea para tratar ciertas infecciones causadas por bacterias, como la neumonía y la bronquitis (infección de las vías respiratorias que van a los pulmones); así como las infecciones de los oídos, la nariz, la garganta, las vías urinarias y la piel.
Actúa básicamente frenando el crecimiento de las bacterias. Por eso, como recuerdan siempre los expertos, es importante consumir solo los antibióticos cuando es necesario. Es decir, para acabar con enfermedades que provoquen las bacterias. Si se usan de manera indebida, existe el riesgo de que en un futuro estos medicamentos no tengan el efecto que deberían ya que el organismo presentará resistencia a ellos.
No obstante, al igual que ocurre con el resto de medicamentos, la amoxicilina puede presentar efectos adversos en quienes la consuman. Esto no quiere decir que todas las personas que tomen este fármaco vayan a padecerlos; de hecho, muchos de ellos (los más graves) son muy raros. Además, si se consumen bajo supervisión médica no debería haber problemas.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha difundido en su web todos los posibles efectos secundarios de este fármaco según su frecuencia, lo cual aparece también recogido en el prospecto del mismo.
Algunas reacciones que aparecen en uno de cada 10 pacientes son la erupción cutánea, las náuseas y la diarrea. Menos frecuentes aún (se dan en una de cada 100 personas) son los vómitos y una erupción moderada con picor (ronchas redondas, de color rosado o rojo); así como áreas hinchadas con aspecto de ampollas en antebrazos, piernas, palmas, manos o pies.
Estos son los efectos que pueden ocurrirle a una de cada 10.000 personas:
Estos efectos secundarios provocados por el consumo de amoxicilina también aparecen de forma muy excepcional, solo en uno de cada 10.000 pacientes. Sin embargo, en caso de que se empiece a experimentar alguno de ellos hay que dejar de consumir el fármaco de forma inmediata y acudir al médico. Estos síntomas pueden aparecer durante el tratamiento o incluso varias semanas después.
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