Para evitar suspicacias o desechar cualquier tono discriminatorio de la siguiente afirmación, aclaremos que lo que estamos diciendo es que, para aspirar a la Presidencia de la República, no basta con saber estirar las ubres de una vaca para obtener leche, si no se cuenta con los otros atributos que se indican a continuación: el Paraguay hoy no necesita de un ordeñador de vacas, sino un ordenador de gastos competente, honesto, serio y responsable. El video del precandidato de Fuerza Republicana, Arnoldo Wiens, declarando que de niño se había dedicado a estos menesteres y que hizo circular a través de las redes solo sirvió para la formulación de picantes figuras literarias como la metáfora y la comparación. La más gráfica de todas fue la de “ordeñador del Estado”. Naturalmente, con los años perfeccionó su arte de la extracción hasta del calostro del hato público. Tiene eximios (algunos aseguran que todavía lo son) instructores, como Óscar “Nicadrón” Duarte “Bruto” y el propio presidente Mario Abdo Benítez Jr., quien, una vez, quiso ordeñar un burro.
Comentan los que saben, porque viven en ese círculo microclimático, que la autora de tan ridículo video es la asesora de comunicación del Presidente, Verioska Velasco. Versión de la que no dudamos un segundo, puesto que ella es una experta “ordeñadora fantasma” del Estado. “Hay que explorar y explotar el factor humano”, pontificó con aura magistral. Es que el que apareció como “el barrilete cósmico” (con las debidas disculpas a Víctor Hugo Morales), para arrasar con todo, está siendo tragado por un agujero negro de proporciones y a la velocidad de la luz. Si el anterior precandidato de Fuerza Republicana, Hugo Velázquez, no prendía, este se apagó antes de encenderse. Por eso apelaron al viejo truco de la política show o del espectáculo, tratando de generar empatía con el público. Decimos estrategia vieja por repetidamente usada. Y repetidamente fracasada.
Recuerdo cuando el ecuatoriano Abdalá Bucaram en su campaña hacia la presidencia de la República cantaba y bailaba en el escenario los grandes éxitos con y de Los Iracundos. Y uno que fue muy especial, un cover del “Rock de la cárcel”. Gobernó desde el 10 de agosto de 1996 hasta el 6 de febrero de 1997, cuando el Congreso lo destituye por “incapacidad mental” para ejercer sus funciones. Se escapó a Panamá, donde vivió exiliado varios años. Cuando sus causas proscribieron, volvió a su país. Ahora se encuentra nuevamente bajo sospecha por la venta de insumos médicos sobrefacturados durante la pandemia del covid-19. Para aumentar el grado de coincidencia con este nuestro gobierno nepotista y cleptómano, nombró a su hermano Adolfo como ministro de Estado y a su hijo Jacobo, director de Aduanas. Al mes, el vástago de Abdalá celebró su primer millón de dólares. Locuras hereditarias que le dicen.
Otro experimento fallido fue Fernando Collor de Mello, de la “hermana” República Federativa del Brasil, quien de la televisión (sus padres eran poderosos empresarios de la comunicación) saltó a la política. Los estudiosos consideran que su campaña presidencial de 1989 desplegó una artillería de marketing electoral sin precedentes en esta parte del mundo, fabricando un candidato a la medida de las expectativas de los sectores conservadores. Expertos en estrategias audiovisuales presentaron a un candidato sonriente, bien parecido y atlético. Por supuesto, nada que ver con el “Señor Barriga” Arnoldo. George W. Bush decía de Collor el “Indiana Jones” de América Latina. A propósito, lo más cercano a un héroe o galán del cine que le dijeron a Wiens fue “Termoldo” o “Pasarela Man”. El 17 de noviembre de 1989, campaña sucia mediante, le ganó en segunda vuelta a Lula. Asumió el 15 de marzo del año siguiente, pero el hombre que se había comprometido a combatir la inflación y la corrupción terminó devorado por ambos. El 29 de diciembre de 1992, vía juicio político, su mandato fue abruptamente cortado. Nuestro pollo local ni siquiera puede prometer terminar con los asaltos al Estado, de los cuales fue uno de los caballos de Troya desde el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Por el contrario. Con su mensaje subliminal de “A toda máquina”, en realidad, está diciendo “vamos a seguir robando”, para atar lealtades sujetas a cargos y ganarse adherentes que quieren más de lo mismo. Una frase sin ninguna originalidad, pero de mucha verdad. En eso, al menos, no miente. Veremos con qué nueva ocurrencia aparecen los “asesores” de imagen de Arnoldo en los próximos días.
Que el diario del ferretero que nació con fe en la plata y devoción a la mentira hable mal de los candidatos del movimiento Honor Colorado es la regla. Pero que en su sección de periodismo de mirilla (que perdió toda su jerarquía desde que murió su creador) le pongan de marcante a Arnoldo Wiens tractor a pedal es mala señal. Y de yapa, al pan kesu le dicen “enviado de Dios”. Quiere decir que, ante la inminente derrota, ya giraron todos juntos (la Faraona y Mario’i) hacia el plan “B”. Porque, de syrýky, también a la Concertación le golpea duro al tratarla de “bolsa de gatos rabiosos”. ¿Seré yo el elegido?, cacareó el “Gallo”. Es el último recurso del oficialismo para seguir colgado de las tetas del Estado. Por de pronto, el “Wiens derecho” de la corrupción ya demostró que nació para ordeñar. ¡Y cómo! Cualquiera sea el resultado, “Arnold”, con su falsa sonrisa de vendedor, seguirá ofreciendo “Asfalto Marito, el que rinde más”.
Si el anterior precandidato de Fuerza Republicana, Hugo Velázquez, no prendía, este se apagó antes de encenderse.
Nuestro pollo local ni siquiera puede prometer terminar con los asaltos al Estado, de los cuales fue uno de los caballos de Troya desde el MOPC.