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El look de Victoria Federica con joyas de Joyas Antiguas Sardinero
El pasado jueves se celebró una entrega de premios organizada por la revista ELLE que reunió en Sevilla a numerosos rostros conocidos. Entre ellos, destacó la presencia de Victoria Federica, que debutó en su primera alfombra roja maquillando su inexperiencia con un digno posado ante los medios. Su look, que fue toda una declaración de intenciones, ayudó a convertirla en una de las más elegantes de la velada, y es que elegir de padrino a Lorenzo Caprile siempre es garantía de éxito. Añadir en la ecuación accesorios 'vintage' no hace más que sumar puntos, y más si proceden de una firma cántabra e icónica en Bilbao como es Joyas Antiguas Sardinero. El resto lo hace la actitud, la de una joven que siempre ha pretendido pasar desapercibida y que ahora renace como el referente 'royal' de las nuevas generaciones.
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La hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar viajó a la capital hispalense acompañada de su amiga, la 'influencer' María García de Jaime, una experta en lidiar con las cámaras y los 'photocalls' que también eligió piezas de Joyas Antiguas Sardinero. No es el caso de Victoria Federica, que siempre se ha mostrado esquiva ante los micrófonos y ha rehuido los 'flashes' en busca de una vida normal. Sin embargo, su exposición pública ha dado un repentino giro de 180 grados.
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Hace tan solo una semana decidió abrir al mundo su perfil de Instagram para alegría de los curiosos y castigo de los indiscretos -Vic, como le llaman en su círculo más íntimo, bloquea a quien sobrepase sus ansias de cotilleo-. En sus redes sociales deja patente una clara inclinación hacia el sector de la moda, algo que ha querido reafirmar días más tarde con su asistencia a la citada fiesta de los 'ELLE Style Awards Andalucía'.
Una publicación compartida de @vicmabor
«Estaba espectacular», afirma rotunda Estíbaliz Peña, responsable de la tienda que Joyas Antiguas Sardinero tiene en el número 43 de la Gran Vía bilbaína. Ella fue quien entregó las joyas en Madrid, donde coincidió con Victoria Federica. «No la conocía en persona y me sorprendió muchísimo. Es encantadora y muy cariñosa. Agradeció mucho el trato tan cercano que le dimos», nos cuenta.
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La estilista de Victoria Federica contactó con Joyas Antiguas Sardinero para encontrar las propuestas de joyería que mejor encajaran con ese impresionante vestido en terciopelo azul tinta, de hombros pronunciados, vertiginosa espalda al descubierto y no menos vertiginosa abertura lateral en la falda. «Joyas Antiguas Sardinero se encarga de asesorar, pero ella es la que tiene la última palabra. Se prepararon un par de opciones y eligió una que conjuntaba perfectamente con su look».
Las joyas de Victoria Federica de Marichalar Borbón, de Joyas Antiguas Sardinero / Cortesía joyas antiguas sardinero
Eran tres piezas de estilo Art Decó realizadas en platino, con diamantes naturales y zafiros que combinaban con el color del vestido. Los pendientes se podían ver en todo su esplendor gracias al recogido pulido en una coleta alta que le hizo el estilista Sandro Nonna. Eran un modelo corbata, algo que se estilaba mucho en los años 20, al igual que los anillos, modelo lanzadera. Ya lo decía Georges Fouquet, un reconocido joyero francés de aquella época: «una joya debe verse de lejos». Y así fue, porque «no necesitaba nada más», puntualiza Estíbaliz.
También viajamos a otros tiempos con las joyas de María García de Jaime. En este caso, a los años 40, a juzgar por la gargantilla y los anillos de oro que eligió. Son de estilo 'Chevalier', característico de esa década, y completaban con acierto un elegantísimo vestido en color caldera de Flor Fuertes.
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Esta mirada al pasado pone en relieve la filosofía de Joyas Antiguas Sardinero: la búsqueda de la exclusividad a través de piezas rescatadas de otras épocas. Su carácter único huye de la producción en masa, por lo que es muy difícil encontrar tres piezas iguales. Además, cada una de ellas es significativa, no solo por su apariencia, sino porque han tenido diferentes historias, otras vidas y otros dueños. Esta fue la premisa con la que Pilar Lobato, fundadora de la empresa, hizo realidad su sueño en 1998, cuando abrió en Santander su primera tienda. A ella se sumaron las de Madrid y Bilbao, haciendo de esta marca un emblema de la joyería 'vintage' en nuestro país.
«Victoria y María son unas niñas guapísimas y quedaron encantadas con el resultado. Y es que, ¿a quién no le gusta una joya bonita?», comenta Estíbaliz Peña, indicando además que las piezas que prestaron a ambas jóvenes se pueden pedir en cualquiera de las tres tiendas, ya que su género va rotando según la demanda de los clientes.