Medellín ahora tiene un acuario para personas ciegas y sordas | EL ESPECTADOR

2022-08-12 22:28:02 By : Ms. Hathaway Wang

En el acuario de Medellín ya se pueden “tocar” los peces. Frente a los enormes cuerpos de agua hay pequeños modelos en 3D desarrollados en un material que copia casi con exactitud los detalles del pez, sus escamas, sus aletas, si tienen o no espinas, el largo de sus bigotes. En una ocasión, una persona ciega que recorría el acuario preguntó si los peces tenían uno o dos ojos. Hasta el momento tenía en su cabeza la imagen lateral de un pez, que solo permite ver un ojo. (Lea: Un banco genético criollo para conocer los secretos de las orquídeas)

Al lado de cada modelo hay un tablero negro en el que están en relieve las especificaciones del pez en braille, un sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas ciegas, la posibilidad de una audionarración y un código QR que, al escanearse, despliega un video. En el clip una persona cuenta una historia a través de la lengua de señas colombiana. No es solo la descripción física o científica de la piraña, por ejemplo, es la narración literaria del pez, sus comportamientos, sus movimientos, incluso sus instintos. Desde el año 2020 el Parque Explora de Medellín se ha venido preguntando con insistencia cómo divulgar ciencia a través de experiencias en diferentes formatos que involucren todos los sentidos.

Comenzaron por el acuario porque, se pregunta Juliana Restrepo, directora de contenidos y apropiación social del Explora, ¿qué puede ser más difícil que disfrutar una pecera si no se puede ver y en realidad tampoco tocar, más allá del vidrio? “En 2020, cuando comenzamos un proceso de renovación del acuario, nos planteamos dos objetivos: el primero, que visitarnos enviara un mensaje claro de conservación de la biodiversidad, y el segundo, que fuera accesible para ciegos y sordos. Un acuario para personas ciegas y sordas”. Los modelos en 3D son resultado de eso, pero la premisa planteaba varias dudas.

Por ejemplo, ¿cómo lograr que la accesibilidad no implique una segregación? La meta era lograr que los contenidos para personas ciegas y sordas no fueran contenidos exclusivos, que pudieran ser disfrutables por el niño o el adulto que puede ver y oír pero que tampoco puede tocar al pez. Esa, dice María Antonia Soto, profesional de diversidad, inclusión, accesibilidad y equidad del Explora, es la clave de la accesibilidad; que sea para todos. Reunieron un equipo de biólogos, diseñadores, profesionales audiovisuales, antropólogos, arquitectos, curadores y divulgadores. A ellos se unieron escritores colombianos y la comunidad organizada de personas sordas y ciegas de la ciudad, con un lema: “Nada sobre nosotros sin nosotros”.

El flujo de trabajo que acordaron fue el siguiente: los biólogos escribían primero un texto científico con las especificaciones del pez, su ecosistema, lo que no podía dejarse de decir. Los textos eran enviados a los escritores con una serie de instrucciones o de líneas generales que habían sido construidas con personas sordas o ciegas y que consistían, básicamente, en utilizar más de un sentido para escribir. “Nosotros no lo notamos, pero en realidad a las personas que vemos, el mundo se nos revela a través de la visión. El reto en este caso era salirse un poco de ella, utilizar metáforas y recursos que representaran el tacto, el olor, la atmósfera”, destaca Restrepo. Por eso eligieron escritores que en sus obras demostraran una sensibilidad especial con la naturaleza.

Llegaron textos ricos en metáforas, recursos poéticos y literarios que estimulaban sentidos distintos al de la vista, como el tacto. Los arrecifes no fueron entonces solo estructuras subacuáticas hechas del carbonato de calcio secretado por corales, fueron “jardines variopintos sembrados de anémonas, corales y algas”. El erizo lápiz de pizarra no fue solo una estrella de mar que mide entre 8 y 10 centímetros de diámetro con espinas primarias grandes, fue una pequeña “máquina ruñidora” cuyos diminutos pies pueden hacer “reír a pellizquitos” al tomarse en las manos. Los textos literarios eran revisados de nuevo por biólogos y la comunidad ciega, quienes debían darle el último visto bueno. (Puede leer: Siete universidades colombianas ayudarán en experimento para cazar partícula fantasma)

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Con las palabras escritas y la audionarración para las personas ciegas hecha una realidad, había que “traducir” e interpretar los textos a lengua de señas. Pero había grandes retos para describir en esa lengua las metáforas y recursos literarios que los escritores habían imaginado con tanto fervor.

¿Cómo decir en señas que el caminar de un pez se asemeja a un andar en tacones? ¿Cómo decir en señas “Pez” de una manera no tan reiterativa, en un texto que repite la palabra decenas de veces para nombrar peces distintos entre ellos? “Nos sentamos horas y horas en mesas de trabajo colectivo para imaginarnos cómo podríamos interpretar ese texto escrito de una manera fiel a su sentido: es decir, queríamos que, si el texto es irónico, esa ironía se entienda en señas, si es gracioso, se entienda el humor. Ese fue el mayor reto”, describe Jacqueline Gómez Jiménez, coordinadora de proyectos de la corporación El Movimiento, una organización sin ánimo de lucro que desarrolla iniciativas de inclusión para las personas sordas y ciegas en Medellín y Antioquia. A ellos acudió el Parque Explora.

La lengua de señas utiliza las manos, las expresiones del rostro y los movimientos del cuerpo, por eso es visual y gestual. No funciona una traducción literaria del español, que es una lengua oral. Por eso, desde el principio no se buscó una traducción y sí una adaptación del texto en video. “Para eso usamos la expresión facial, la corporalidad. Utilizamos esos elementos visuales que pudieran conectar y relacionar el discurso de la lengua de señas con lo que se puede ver en la pecera”, dice Gómez. Por ejemplo, el bagre rayado cuenta con un elemento físico característico, los bigotes. El narrador hacía entonces la seña del pez (una mano plana) con otro gesto que representaba los seis bigotes.

Si la cola es en punta, si su piel tiene círculos negros como el pez comelón, si tiene bigotes, si tiene manchas, toda característica a la que se hiciera referencia en el texto, se usaba. No se trataba solo de hacer la seña, sino de agregarle ese distintivo que hacía de cada pez un ser único. “Las figuras literarias son propias de cada lengua, los procesos metafóricos en los textos no iban a coincidir con los procesos metafóricos de la lengua de señas. Entonces había que buscar estrategias para esa lengua y transmitir el mensaje”, dice Luisa Fernanda Naranjo Orozco, lingüista y quien acompañó el proceso de adaptación. Ella recuerda, por ejemplo, un texto en el que se comparaba una bolsa con una medusa.

Cada lengua, dice Naranjo, permite procesos de descripción sin necesidad de poner el nombre: “La lengua de señas tiene una riqueza visual que no tiene el español. Para el español basta decir que un pez parece un cirujano, y el oyente se imagina el porqué. En lengua de señas eso se tiene que describir, no se puede dejar a la imaginación”. (Le puede interesar: Tumbando estatuas: esfuerzos para descolonizar la ciencia en Colombia)

Un buen ejemplo para entender la complejidad fue lo que sucedió con "el pez en tacones", conocido como pez Ángel o Escalar. En el texto era descrito como un “creído” que se paseaba mirando a sus vecinos por encima del hombro. “Esa referencia metafórica a un pez es imposible de pensar en una lengua que es visual: el pez no puede ser vecino mío y no puede mirar por encima de los hombros porque ni siquiera tiene hombros. Eso todo es un proceso imaginativo donde como hablantes del español vamos entendiendo porque conocemos la expresión de mirar sobre los hombros. Había que evaluar desde la lengua de señas cómo se podían colocar elementos descriptivos en el espacio para que se entendiera que lo que queríamos mostrar es que el pez nada de una forma que puede ser creída, pero respetando el texto original”, dice Luisa.

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Cada adaptación se validaba con personas sordas para evaluar si se estaba transmitiendo el mensaje que se buscaba. En ese espacio se descubrió, por ejemplo, que no se entendía el “pez en tacones”:

Para solucionarlo se hizo una transición en señas, algo que primero dijera que se trataba de unos filamentos que salían de la parte baja del pez gracias a los cuales parecía caminar elegantemente. Ánderson Valle, quien es politólogo, activista y líder de la comunidad sorda de la ciudad, es la persona que narra en la lengua de señas los videos y recuerda ese proceso y aquellas cosas que hubo que corregir. “Había primero una fase en la que se discutía cada una de esas expresiones literarias y metafóricas en el español, qué querían decir, para luego poderlas pasar a lengua de señas y que el discurso fuera comprensible. Podríamos haber hecho solo una grabación de señas, pero no iba a existir la sorpresa que sí estaba presente en el texto”. (Podría leer también: Fueron a buscar un periquito extinto en Colombia y descubrieron el primer nido de un águila)

Juliana Restrepo es física y fue docente. Sabe de la rigurosidad y de que en ciencia los detalles son fundamentales. “El Parque Explora dice en su misión que busca la ´apropiación social´ del conocimiento. Eso puede ser que una persona llega acá y al conocer los ecosistemas de los ríos de Colombia y ver la pecera que parece de medusas pero es de plástico, cambie sus hábitos. Puede ser que al ver un show en el domo, se transforme. Es esa transformación - de hábitos, de si mismos - lo que buscamos. Ese tener ciudadanos críticos capaces de transformar su realidad. Pero al principio, tal vez lo más importante es que una persona que no estaba emocionada con la ciencia, descubra algo, se conecte, se entusiasme. Divulgar no es simplificar, es encontrar herramientas para emocionar con la ciencia”.

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