Muchas personas podrían llegar a creer que el tráfico, baches, embotellamientos, inclusive otros choferes, son los enemigos de un automovilista; pero definitivamente nada se compara con el inicio de la temporada de lluvias.

Aunque bien, las causas mencionadas te pueden hacer pegar el grito en un día con acumulación de estrés o pueden representar un incremento en gastos, por el cambio de neumáticos antes de lo anticipado; son situaciones con las que se ha aprendido a lidiar y ocurren cada vez con mayor frecuencia, debido al incremento de usuarios que usan transporte privado.

El transporte privado facilita la vida de los usuarios, quienes aseguran que representa una mayor comodidad, logra optimizar el tiempo de traslado de un sitio a otro; mientras les brinda seguridad; motivos por los cuales optan por utilizar con mayor frecuencia.

Pero la lluvia es ese fenómeno meteorológico que complica la realización optima de esta actividad.

Hoy en día, a nivel mundial, se atraviesa una crisis de sequía, que ha generado como consecuencia, la disminución de cuerpos acuíferos, llegando incluso a secarlos por completo; aunque esto nos hace valorar cada pequeña llovizna, a la hora de manejar, no pensamos lo mismo.

La mayor consecuencia que trae consigo la lluvia es el empañamiento de los vidrios del automóvil y esto sucede por que existe una diferencia de temperaturas.

En el automóvil se genera una temperatura de acuerdo al calor corporal emitido, ventilación, calefacción y el número de pasajeros a bordo de la unidad; en contraste con la temperatura que se maneja fuera del vehículo y está variará dependiendo de las condiciones climáticas in situ.

Cuando llueve se genera una depresión en la temperatura externa al automóvil, provocando el choque de temperaturas que se traduce en vapor de agua que existe en el ambiente (dentro del vehículo), provocando así, una de las fases de la molécula de agua; la condensación.

La condensación es justo la fase en la que el agua pasa de un estado gaseoso a líquido, formando esta capa blancuzca  y opaca en los vidrios que impide la visibilidad del conductor, lo que puede terminar en un accidente vial.

Es por eso que aquí te dejamos 3 infalibles remedios para desempañar tus vidrios.

En cuanto sientas que una mayor fricción, frota ambas mitades o corta una lámina delgada de la parte que estuvo expuesta con el vidrio para eliminar este pedazo “seco” y continúa frotando con el resto de la papa.

Puedes repetir este procedimiento hasta asegurar que el jugo de la papa quedó distribuido por todas partes, espera a que seque y con un trapo seco puedes quitar, si es que quedaron, los restos del tubérculo.

A la hora de manejar bajo la lluvia es imperativo el uso de limpiaparabrisas, herramienta que debe de procurarse con unas buenas gomas para eliminar el exceso de agua, así como cumplir a las señalizaciones de tránsito y disminuir la velocidad.

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