Opinión y prueba Audi R8 V10 performance RWD 570 CV 2022

2022-09-02 21:24:34 By : Mr. lidong chen

La firma alemana resume el Audi R8 en una sencilla frase: “Nacido en el circuito, producido para la carretera”; y lo cierto es que no se me ocurre mejor definición para él. Además, recientemente Audi Sport nos ha presentado un aumento de potencia para su deportivo. Esto convierte el Audi R8 V10 performance RWD que probamos hoy en una perita aún más dulce.

Como ya sabrás, el deportivo de altas prestaciones complementa al R8 V10 performance quattro. Añade además nuevos elementos tecnológicos de equipamiento. Se fabrica, en gran parte de forma artesanal, en la factoría alemana de Böllinger Höfe. Esta se ubica en la sede de la firma de los cuatro aros, en Neckarsulm, Alemania.

Sí, es allí donde también se produce el LMS GT4 de competición. Es más, el R8 recibe gran parte de su herencia deportiva directamente del Audi R8 LMS GT3 2019. Comparte alrededor del 50% de componentes con el R8 LMS GT3 y en torno a un 60% con el R8 LMS GT4. Por esa razón, ningún otro coche está más próximo a las carreras que el nuevo Audi R8.

Se ofrece en versiones Coupé y Spyder. El Audi R8 V10 performance RWD ahora tiene 30 CV y 10 Nm más. Con ello, eleva la experiencia de conducción a un nivel completamente nuevo. Adicionalmente, las versiones básicas de ambos modelos, el R8 V10 quattro y el R8 V10 RWD con carrocería Coupé y Spyder, son sustituidas por los nuevos modelos performance.

Los cambios estéticos introducidos mantienen la línea conservadora de Audi. Pese a ello, en conjunto muestran un deportivo más maduro y, sobre todo, deportivo. En la marca se escudan en que el cliente de Audi no busca cambios salvajes, sino evolución tecnológica, refinamiento y comportamiento. Justo en lo que el último lavado de cara del modelo destaca.

En el frontal, la parrilla hexagonal Singleframe adopta mayores dimensiones. La parte superior es ciega; mientras que la inferior cuenta con aperturas que ofrecen la ventilación necesaria a un radiador frontal de tamaño medio. Lo mismo ocurre en el tercio inferior, donde se pueden apreciar entradas de aire más grandes en el paragolpes delantero.

Dicho paragolpes presenta unas líneas muy afiladas. Las grandes entradas de aire quedan divididas en dos secciones por aletas verticales. Están situadas sobre el splitter frontal. Unas aberturas planas en el capó recuerdan al icónico Audi Sport Quattro. El logotipo de la marca se ubica sobre el capó. En esta unidad está pintado en color negro a contraste.

La carrocería del Audi R8 RWD, incluidas las puertas y los capós, está fabricada enteramente con aluminio. Las láminas de aleación constituyen el 11,2 por ciento del ASF y se utilizan principalmente para el suelo del habitáculo y sus paredes delantera y trasera. Un 0,6 por ciento es acero, un 0,5 por ciento otros materiales y un 6,7 por ciento elementos de sujeción.

De serie equipa faros LED sutilmente revisados con 37 diodos emisores de luz con intensidad regulable. Están combinados con los intermitentes dinámicos. Si te fijas, el frontal es tan bajo que el propio capó cuenta con unos ligeros abombamientos en los extremos para dar cabida a los pasos de rueda. Visto de perfil, el R8 RWD también cuenta con una línea muy característica.

Para empezar, nos encontramos con un bajo, largo y ancho capó. Desemboca en un pilar A curvo. Este hace que las líneas fluyan por el inclinado arco superior de las puertas hacia un ancho pilar trasero. Sutilmente, desemboca en el alerón retráctil que queda integrado en la carrocería. Lo más característico del diseño lateral son los sideblades fabricados en CFRP.

Lucen un acabado en negro brillante, pero con el paquete de carbono pueden ser todavía más llamativos. Contrastan con las pinturas exteriores y ocultan unas generosas entradas de aire. La tapa del depósito de combustible es de aluminio y destaca en esta curiosa superficie. Las carcasas de los retrovisores del Audi R8 también están fabricadas en CFRP.

Las carcasas de los retrovisores también podemos personalizarlos en diversos acabados y materiales.

Los generosos pasos de rueda albergan unas llantas de aleación de 20 pulgadas. Están calzadas con unos neumáticos Michelin Pilot Super Sport K3. Estos presentan unas dimensiones de 245/30 ZR20 90Y en el eje delantero y 305/30 ZR20 103Y en el eje trasero. Hay disponibles 10 pinturas para el exterior. En este caso vemos el Blanco Ibis sólido.

En dimensiones, el Audi R8 performance Coupé RWD mide 4.43 metros de longitud, 1.94 metros de ancho y 1.24 metros de alto. La batalla es de 2.650 mm. El ancho de vía delantero es de 1.645 mm; mientras que el trasero es de 1.599 mm. El coeficiente aerodinámico Cx es de 0.35. Se complementa con una superficie frontal de 2,01 m² y un factor de resistencia de 0,7.

En la zaga nos encontramos con una tercera luz de freno en tecnología LED. Tras el gran cristal puede verse el motor diez cilindros, como una obra de arte en su vitrina. El vano está iluminado con LED y cuenta con un revestimiento parcial con paneles de CFRP. Opcionalmente, puede ser de carbono brillante. La rejilla de ventilación tiene estructura de panal de abeja.

Se extiende en toda la anchura. El difusor de CFRP cuenta con un gran tamaño y llamativas nervaduras. Enmarca las salidas de escape ovaladas, de estilo RS, que pueden tener diferentes acabados. Con todas las chucherías aerodinámicas, a su velocidad máxima, el coche genera 140 kilogramos de apoyo aerodinámico (100 de estos kilogramos en el eje trasero).

En la zaga del R8 RWD también destacan las luces realizadas completamente en tecnología LED con 118 diodos. Presentan una interesante estructura interior que parece flotar. Dotan al modelo de una firma lumínica inconfundible que refuerza el ancho aspecto del modelo en la noche. Otra cosa no, pero desde luego la atención, la vas a llamar.

La horizontalidad exterior del Audi R8 RWD también se ha trasladado al habitáculo. El interior es refinado, tecnológico, grande (dentro de que es un biplaza) y, sorprendentemente, bastante cómodo. Visualmente, incorpora una limpia distribución de diseño interior en la que predominan el minimalismo y la simplicidad.

Cuando nos introducimos en el Audi R8 RWD, nos damos cuenta de que parece que estamos subiéndonos a un avión de combate. La posición de conducción, la caída del techo y esa extraña pero agradable sensación de “claustrofobia” nos hace sentir realmente cómodos conduciendo el modelo.

Todo está al alcance de las manos y a la vista del conductor. Las manos se posan sobre un sólido volante tapizado en cuero perforado. Cuenta con una zona inferior achatada en la que se puede apreciar el logo R8. El volante incorpora botones y dos mandos satélite; así como unas levas solidarias de plástico. A mi parecer, desmerecen el conjunto por calidad y tamaño.

Tras el volante nos encontramos con el panel de instrumentos digital Audi Virtual Cockpit. La pantalla TFT tiene una diagonal de 12,3 pulgadas y una resolución alta de 1.440 x 540 píxeles. Muestra sin reflejos unas imágenes extremadamente nítidas, brillantes y con mucho contraste. Trabajando por detrás hay un procesador Tegra 30 del colaborador de Audi NVIDIA.

Todo se maneja desde el Virtual Cockpit. Tiene conexión Apple CarPlay y Android Auto.

El sistema está diseñado para tener un consumo eléctrico bajo; con unidades de procesamiento separadas para audio, vídeo e imágenes. Su memoria de trabajo es 2 gigabytes. El conductor puede cambiar entre dos interfaces de usuario presionando el botón “View” del volante. En el modo infotainment, una ventana central ofrece un gran espacio.

Muestra el mapa del navegador, listas de teléfonos, radio o las áreas de audio. En este modo, el tacómetro y el velocímetro se muestran como pequeños instrumentos redondos. La vista clásica cuenta con una ventana central más pequeña, Los instrumentos son aproximadamente del mismo tamaño que los analógicos clásicos. En el modo Performance, un gran tacómetro central domina la pantalla.

Cuando la caja S tronic de siete velocidades se maneja en modo manual, la escala del tacómetro se muestra con un color de fondo a regímenes altos. Cinco segmentos más uno rojo al final indican el límite de 8.500 rpm. El Audi Virtual Cockpit también muestra una luz de cambio para informar al conductor si se alcanza el límite de régimen.

Te sientes como en un coche de carreras. El conductor puede obtener información sobre el estado de parámetros técnicos clave, como la temperatura del aceite del motor y de la caja de cambios, la presión y la temperatura de los neumáticos. También se pueden colocar distintos indicadores junto al tacómetro. La potencia y el par se representan como porcentajes.

El medidor G, que tiene una escala hasta 1.5 G, sirve para visualizar las fuerzas que afectan al coche en curva, al frenar y al acelerar. Un cronómetro puede registrar hasta 99 vueltas y evaluar los tiempos. Ya en la consola central, predominan dos de las cuatro entradas de aire. Estas recogen las funciones de climatización mediante unas prolongaciones digitales.

No sólo podemos decir que queda realmente elegante; sino que además se trata de una función de diseño que ahorra espacio y amplía la sensación de calidad en el interior del R8. Sobra decir que los materiales empleados para todo el habitáculo son de primera. Hay una amplia presencia de materiales acolchados. Se ofrecen diferentes molduras y tipos de cuero.

Debajo del módulo de climatización hay un hueco portaobjetos y una línea de interruptores. Activan el control de estabilidad, las intermitencias de emergencia y otras funciones. Lo cierto es que me encantaría seguir con la descripción, pero la consola central acaba aquí, lo que demuestra la simplicidad del diseño… En el salpicadero se puede leer ‘RWD’ sobre metal.

El túnel central se presenta como un cuerpo independiente sin conexión visual con la consola central. Esta se encuentra revestida de fibra y cuero. En primer lugar, encontramos un hueco portaobjetos. A continuación, tenemos la ranura para la llave del coche y los mandos de la radio. Van seguidos de la palanca de cambios.

Los asientos de cuero van situados en una posición muy baja. Acogen perfectamente nuestro cuerpo, con una posición extendida y deportiva. El Audi R8 RWD tiene de serie asientos deportivos con los reposacabezas integrados. Incluyen ajuste eléctrico para la altura y para el ángulo del respaldo. Como opción, podemos equipar unos bucket que brindan un agarre óptimo.

Estos asientos anatómicos tienen el revestimiento del respaldo en carbono mate. Las comodidades con las que pueden contar son múltiples. Van desde la calefacción hasta el ajuste eléctrico longitudinal; así como funciones neumáticas para el apoyo lumbar, los apoyos laterales de la banqueta y el respaldo. También se ofrece el Paquete de diseño Performance.

Destaca un arco en fibra de carbono que nace en el túnel de transmisión, junto a la palanca de cambios. Rodea por la parte superior al volante y desemboca en los guarnecidos de las puertas. Allí conforma el tirador de las puertas. Esta clase de detalles refuerzan la apariencia de cockpit. Este arco está parcialmente forrado en cuero y en materiales blandos.

Las líneas dinámicas se transportan al interior acabado en negro, incluido el techo. En términos de habitabilidad, el habitáculo del R8 RWD cuenta con espacio más que suficiente para dos ocupantes de gran tamaño. Además del generoso espacio personal, el modelo cuenta con un gran hueco diáfano tras los asientos. Se trata de una bancada totalmente horizontal tapizada.

En ella podemos transportar objetos de pequeño tamaño como maletines o mochilas. Con la debida sujeción también caben un par de maletas de tipo equipaje de mano. Cubica 114 litros. El maletero frontal suma otros 112 litros debajo del ligero capó delantero. Hay que destacar que incluye iluminación, dos redes y toma de 12V. Eso sí, es bastante caluroso.

Esta generación del R8 destaca por su tacto más manso y su límite prestacional más elevado. Con esto no quiero decir que el modelo sea más descafeinado, sino que sus límites son muchísimo más elevados que los de la anterior generación. Es una pena que los V10 y W12 de Audi estén en peligro de extinción y que el modelo no vaya a tener relevo generacional.

El nuevo deportivo de altas prestaciones de Audi sigue estando disponible en dos versiones. Eso sí, no podían faltar interesantes novedades en el motor V10 atmosférico: un aumento de potencia y la instalación de un filtro de partículas en el escape. El Audi R8 V10 RWD gana 30 CV y 10 Nm extra. Se sitúa en un total de 570 CV y 550 Nm de par motor.

El Audi R8 Performance quattro alcanza los 620 CV y 580 Nm de par. Esto supone una potencia específica de 119,1 CV/l. Con estas cifras, los R8 Coupé y Spyder de propulsión pasan de 0 a 100 km/h en 3.7 y 3.8 segundos; mientras que en la variante de tracción total, estas cifras son de 3.1 y 3.2 segundos en los Coupé y Spyder, respectivamente.

Este motor atmosférico de 5.2 litros alcanza un régimen de giro muy elevado (hasta 8.700 rpm). Su respuesta es todavía más inmediata si cabe, resultando extremadamente adictivo. Como en los coches de competición, el motor V10 tiene lubricación por cárter seco. Además, su sonido característico es ahora más pleno, escuchándose perfectamente en el habitáculo.

En carga, este motor tiene un sonido único, que combina un siseo con un rugido ronco.

El sistema de escape cuenta con dos mariposas móviles. Son las que permiten que el conductor elija entre un sonido orientado al confort o uno deportivo a través del Audi Drive Select. Cada uno de los elementos que generan este sonido es auténtico. Sí, incluido el característico de retención y el rugido al apurar las marchas a plena carga.

Ofrece una potencia inmensa y una respuesta extremadamente rápida. El aún más desarrollado 5.2 FSI del nuevo Audi R8 RWD está diseñado para conducirse alto de vueltas. Solo al arrancarlo, el régimen sube a 2.500 rpm en fracciones de segundo. Tal y como ya os he comentado, el modelo de acceso a la gama desarrolla sus 570 CV (449 kW) a 8.000 rpm.

El V10 se fabrica en parte manualmente en la planta de motores en Győr (Hungría) y es muy compacto. Su posición en el coche, cerca del suelo, produce un centro de masas bajo. El decalaje entre las bancadas de cilindros es de 18,5 mm. Su sistema de admisión trabaja muy eficientemente en combinación con un nuevo proceso de inyección.

Junto con la inyección directa en la cámara de combustión (FSI), el V10 añade inyección indirecta multipunto (MPI) en el colector de admisión. Dos unidades de control de nuevo desarrollo trabajan de forma que la segunda está comandada por la primera. Cada una se encarga de parte del extenso trabajo de cálculo para la inyección. Juntas, controlan el proceso de inyección doble.

En la gama baja de carga sólo se utiliza la inyección MPI. El vacío en el colector de admisión vaporiza muy bien el carburante. Esto conduce a una combustión limpia. En la gama de carga media, la inyección en el colector de admisión y la inyección directa se utilizan igualmente. En la gama de carga alta, el sistema FSI, con una presión de hasta 200 bar, realiza el 85% de la inyección.

No falta la tecnología de desconexión de cilindros COD (cylinder on demand). Constituye una contribución sustancial a esta mejora de rendimiento. En condiciones de carga baja o intermedia, si está engranada una de las cuatro marchas más largas, desactiva los cilindros de la bancada izquierda o derecha porque interrumpe los procesos de inyección y encendido.

Si esta fase de desactivación dura más de entre 30 a 60 segundos, el sistema COD reactiva la bancada correspondiente, para evitar que su catalizador se enfríe; y desactiva la otra bancada de cilindros. Junto con el sistema COD, el 5.2 FSI en el nuevo Audi R8 también tiene instaladas otras tecnologías. Es el caso del modo de marcha por inercia (se activa a partir de 55 km/h).

Esto desconecta los dos embragues y el Audi R8 avanza sin consumir carburante. Justo antes de que se detenga, el sistema start-stop apaga completamente el motor. Todo ello se combina con la caja S tronic de siete velocidades. Su comportamiento es digno de alabar por rapidez y suavidad (cosa que no ocurre en todos los modelos que la equipan, todo sea dicho).

Las selecciones de marchas se transmiten eléctricamente (shift-by-wire).

El conductor puede cambiar manualmente con la palanca o con las levas en el volante; o dejar que la caja S tronic cambie automáticamente en los programas D o S. Con sólo pulsar un botón, el conductor puede arrancar con el sistema Launch Control. Embraga a unas 4.500 rpm y aplica la potencia del motor V10 a la carretera con un deslizamiento perfectamente controlado.

Cabe destacar que el motor, al estar situado muy cerca del eje vertical del centro de masas del coche, permite que la inercia de su masa apenas tenga efecto en los cambios de dirección rápidos. Esto aumenta la estabilidad y el control en este rabioso modelo. El diferencial mecánico de deslizamiento limitado distribuye el par de forma ideal en función de la situación de conducción.

El Audi Drive Select ofrece cuatro modos de conducción estándar: comfort, auto, dynamic e individual. Estos modifican diversos parámetros de conducción. Es el caso de la respuesta del acelerador, el sonido del motor o la dureza de la suspensión, entre otros. El modo individual permite hacer algunos ajustes a nuestro gusto.

Eso sí, hay que señalar que en carretera es un motor que trabaja tranquilo. Gira a 2.100 rpm cuando circulamos a 120 km/h en séptima velocidad. Igualmente, en una conducción tranquila el cambio S tronic sube de marcha en el entorno de las 1.900 vueltas. Respecto a los consumos, son bastante elevados, pero mejoran respecto a la anterior generación.

La marca homologa 12.6 litros en ciclo mixto. En una conducción real dichas cifras aumentan fácilmente hasta los 18 litros en ciudad. Hemos obtenido 9 litros en autopista, con un consumo medio de 12.9 litros tras la semana de pruebas. El depósito de combustible tiene una capacidad de 73 litros. Podemos ampliarlo hasta los 83 litros.

En esta generación, el Audi R8 RWD ha cambiado mucho. Resulta más suave, más confortable y también, mucho más dinámico. A diferencia de la primera generación, en la que era más o menos sencillo encontrarse con el límite, en este nuevo R8 deberemos de ir muy por encima de nuestras posibilidades para darnos con el tope prestacional del modelo.

Incluso en esta versión de tracción trasera podemos ir muy, muy rápidos. La tracción integral quattro está muy bien para mantener todo bajo control. Sin embargo, nos gusta más un R8 un poco más juguetón. Se trata de un modelo que ocupa el gran salto existente entre la perfección del Porsche 911 GT3 y la rebeldía del Mercedes-AMG GT R Pro.

Como hasta ahora, la fuerza se distribuye a las ruedas traseras a través del cambio S tronic de siete velocidades. El diferencial mecánico de deslizamiento limitado distribuye el par de forma ideal en función de la situación de conducción. Con ello garantiza una tracción óptima incluso cuando el asfalto está mojado y suma la posibilidad de realizar derrapes controlados.

Con todo y con eso, resulta un vehículo suficientemente “dócil” como para que un conductor medianamente experimentado no pase miedo al volante. Nunca tantos caballos habían sido tan fáciles de domar gracias al gran trabajo de ingeniería que hay detrás del R8. Gracias a la puesta a punto en la suspensión y la dirección, es más preciso que nunca.

Este deportivo de altas prestaciones impresiona por sus cualidades dinámicas. La propia firma alemana lo define como el R8 menos eficaz en cualquier circunstancia. Y mejor, porque eso se traduce directamente en un eje trasero revoltoso. Eso sí, ojo, porque domar 570 CV en el eje trasero con los controles desactivados requiere pericia al volante y un lugar cerrado al tráfico.

El Audi R8 RWD es sensible a los toques bruscos de acelerador cuando desconectamos por completo las asistencias. Divertirse con él al volante requiere cierto período de adaptación para aprender a dosificar correctamente el acelerador. Con los asistentes conectados, la historia cambia por completo, con un deportivo mucho más neutral y predecible.

El punto intermedio es el ESC en modo Sport. Este permite deslizar la trasera con una amplia sensación de control. Conserva respecto a sus hermanos de gama una respuesta al volante de forma casi inmediata y la posibilidad de alcanzar velocidades en curva muy altas. El control de tracción siempre está al acecho para perdonar cualquier error del conductor con el acelerador.

Es quizás demasiado intrusivo, pues es cierto que actúa rápidamente incluso al acelerar en línea recta con cierta contundencia. Adicionalmente, el Audi drive select añade nuevas facetas a la experiencia de conducción. Con él se pueden experimentar sus diferentes efectos en la estabilidad y los límites de los controles varían mucho en cada caso.

Siempre dentro del margen del límite dinámico. Además, el tren de rodaje ofrece un confort sorprendente. Brinda una baja rumorosidad en carretera y la suspensión no sacude a los ocupantes. Cosa distinta es cuando transitamos por carreteras en mal estado o zonas de urbanizaciones con resaltos. La suspensión del Audi R8 RWD emplea tecnologías de competición.

En las cuatro ruedas hay dobles brazos transversales de aluminio. Unos silentblock de goma y metálicos transfieren las fuerzas laterales a la carrocería de forma directa. Pese a ello, tienen una buena elasticidad en sentido longitudinal. En los ejes delantero y trasero se montan unos casquillos transversales que mejoran el confort, la estabilidad y la precisión.

Respecto a la dirección, es de cremallera con asistencia electromecánica de serie. Ofrece un diámetro de giro entre paredes de 11,2 metros. Cabe destacar que mantiene la misma desmultiplicación que el resto de R8 (15,7). Resulta muy buena en términos de rapidez y precisión. Además, tiene un ajuste específico para ofrecer mayor feedback.

En opción tenemos la dirección dinámica con un engranaje intermedio integrado. Esta cambia la relación entre 10,5:1 y 15,8:1 dependiendo de la velocidad de marcha. Gracias a la asistencia de la dirección con un nuevo ajuste, podemos notar un tacto aún más preciso y una respuesta exacta en todo el rango de velocidad. Digno de poner en la próxima carta a los Reyes Magos…

En cuanto al equipo de frenos, el de serie monta discos ventilados en ambos ejes y pinzas negras. Si no le vas a dar mucha caña a tu R8, resultan suficientes para divertirse. Tienen un tacto agradable y buena resistencia a la fatiga. Sin embargo, si eres todo un Fittipaldi e incluso vas a tocar el circuito, te recomiendo apostar por el equipo de frenado carbocerámico.

Este es 11 kg. más ligero y luce pinzas de freno en color rojo. Los discos son de 380 mm con seis pistones fijos delante y 356 mm con cuatro pistones detrás. Sus conductos de refrigeración aseguran que el calor se disipe rápidamente y los discos están sujetos con pernos de aluminio forjado. Su potencia de frenado y su resistencia son inigualables para disfrutar a tope.

En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, el R8 RWD equipa asistente de arranque en pendiente, programador de velocidad con limitador ajustable, asistente para luces de carretera, EBD, ABS y control de presión en neumáticos, entre otros. Sin embargo, no equipa muchas de las tecnologías actuales de Audi como la frenada de emergencia en ciudad.

En términos de equipamiento, el Audi R8 RWD ha mejorado. Cuenta con elementos de serie como el Audi Virtual Cockpit, faros LED, volante con mandos satélite, pintura metalizada, suspensión Audi Magnetic Ride, acceso confort, llantas de 19 pulgadas, múltiples airbags, controles de tracción y estabilidad, MMI Navigation Plus con MMI Touch, control de crucero…

También de serie encontramos otros elementos como Apple CarPlay y Android Auto, sidebaldes en negro brillante, pilotos traseros LED con intermitentes dinámicos, control de presión de neumáticos, asistente de aparcamiento, asientos deportivos calefactables y eléctricos o retrovisores con ajuste eléctrico, térmicos y ajuste antideslumbrante.

Entre el equipamiento opcional más destacado vemos las llantas ultraligeras de 20 pulgadas, la cubierta del motor en carbono, la dirección dinámica, el escape deportivo y los frenos con discos carbocerámicos, entre otros. También hay disponibles varios paquetes exteriores e interiores. Estos añaden varios toques distintivos en carbono, aluminio o negro.

En España, los precios para toda la gama del Audi R8 2022 sin descuentos ni promociones son los siguientes:

El Audi R8 RWD supone un interesante enfoque y una atractiva apuesta en la que Audi aplica todos los conocimientos mecánicos adquiridos en la competición de motor y los traslada al modelo más emblemático de su gama. No sólo se trata del Audi de producción más deportivo, potente y rápido de todos los tiempos, sino también uno de los más divertidos de conducir gracias a la sustitución de la tracción quattro por una tracción trasera.

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