El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, estuvo la madrugada del sábado haciendo cola en la comisaría del Eixample de los Mossos d’Esquadra para presentar una denuncia. Horas antes, un ladrón reventó un vidrio de su coche y se llevó la mochila. Turull había ido a cenar a las fiestas de Sants con compañeros de su formación y al regresar, en compañía de Neus Munté, descubrió que le habían reventado el vidrio pequeño de la puerta del copiloto para forzar la puerta. El ladrón se llevó una mochila que el político había dejado medio escondida debajo del asiento del copiloto con las cuatro cosas que había dentro: medicinas, documentación del partido no relevante y unas libretas con notas personales e importantes para él, pero, como ya advirtió al mosso que tomó la denuncia: “No me preocupa porque mi letra solo la entiendo yo”. El ladrón revolvió todos los compartimentos y no le interesaron ni las gafas de sol, ni el teletac y ni el pin de conseller. El policía confesó al político que a él también le habían reventado recientemente su coche.

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