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2022-05-14 04:08:42 By : Mr. rande lin

La calima ha cambiado el paisaje de la mayoría de ciudades españolas cuando ha amanecido este martes. Este fenómeno meteorológico, provocado por la llegada de la borrasca 'Celia', tiene su explicación en la presencia de los vientos, que arrastran el polvo y la arena del desierto subsahariano y lo trasladan, en este caso, hacia la Península Ibérica -aunque podría expandirse también hacia otros países europeos en las próximas horas-.

El problema para la población y su salud es que no solo arrastra polvo y arena del desierto, «sino todos aquellos contaminantes que expulsan la industria de Marruecos, del Norte de África y de Argelia», expone a ABC Íñigo Pérez-Baroja, vicedecano del Colegio Oficial de Químicos de Madrid. Además, durante este desplazamiento, el viento arrastra también las sustancias contaminantes que se encuentra a su paso, como pueden ser de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, hacia donde se dirija.

Aparte de los contaminantes, la calima está compuesta específicamente por aluminosilicatos (óxido de aluminio y sílice), arcilla, yeso, calcita y otros minerales. A estas se le agregan los hongos, bacterias y contaminantes que encuentran a su paso suspendidos en el aire. El problema es que las partículas que miden menos de 10 micras (0,01 microgramos) entran directas al sistema respiratorio y, por tanto, al riego sanguíneo.

En principio, la calima no es tóxica, pero una acumulación de estas partículas en el sistema respiratorio sí que sería comprometedor para personas que tienen algún problema relacionado, sobre todo, con enfermedades como el asma. «La calidad del aire se suele medir por las partículas que hay en suspensión, con un diámetro de 10 micras (PM10), esto es, pm10. Si prolongadamente respiramos esa cantidad sí que podría acarrear problemas de salud», explica Pérez-Borja. Este episodio se estima que dejará hasta 500 mg de partículas por cada metro cúbico, mientras la OMS habla de niveles máximos aceptables de 50 mg, es decir, se multiplicará por diez el nivel de seguridad.

Hace unas horas, ciudades como Ávila, Salamanca, Segovia o Madrid tenían concentraciones de partículas inferiores a los 10 micrómetros (PM10) cercanas a los 1000 microgramos por metro cúbico (µg/m3), informa MeteoRed en un comunicado. El promedio diario que la Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende como saludable de 45 µg/m3. Se trata de datos superiores a los que se observan en China o India. «Una persona sana puede circular y no debería tener ningún problema, aunque se recomiende que use ffp2», añade este químico.

Sin embargo, el episodio podría acabar si finalmente se generalizan las lluvias que ya se están dando en algunas ciudades españolas. Las precipitaciones arrastran la calima hacia el suelo y, por lo tanto, lo apartan del aire.

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